segunda-feira, 21 de janeiro de 2013

LUZ DEL SOL


La luz del Sol DESTRUYE muchas ENFERMEDADES

Luz Ultravioleta - fotoluminiscencia
Hace más de 100 años, el Dr. Niels Finsen recibió el Premio Nobel de Medicina (1903) por su trabajo en el cual demostró que la radiación solar cura la tuberculosis.
Dicho conocimiento no se perdió, pero los grandes laboratorios trasnacionales el día de hoy se han encargado de hacerlo caer en descrédito. No hay dinero para ellos si las personas salen a la intemperie a tomar el sol.
Aunque de este lado del mundo esta terapia no se use, en países como Rusia y Alemania se ha estado avanzando en este sentido. Uno de los campos más prometedores es irradiar la sangre del paciente con luz ultravioleta.

Terapia de fotoluminiscencia

La vitamina D incrementa la producción en tu cuerpo de péptidos, los cuales tienen poderosas propiedades anti microbiales: destruyen las membranas de virus y de bacterias. Se usa este procedimiento: se extrae la sangre del paciente, se irradia con luz ultravioleta, y luego se le regresa nuevamente. Esto hace que la sangre fabrique vitamina D. Por cierto, la vitamina D no es realmente una vitamina, sino una pro-hormona. Se sabe que la falta de vitamina D te expone a más de 100 enfermedades.
Este procedimiento, que tuvo un uso muy amplio en los hospitales de Estados Unidos desde los años 1930´s hasta los 1950´s, consiste en extraer del paciente 300 cc de sangre (el cuerpo humano promedio contiene unos 5,600 cc o 5.6 litros de sangre), irradiarlos con luz ultravioleta e inmediatamente después regresarlos al cuerpo.
Este procedimiento curó definitivamente (y paró las epidemias de aquellos años) a las personas de tétanos y raquitismo. El raquitismo es una enfermedad por la cual los bebés se desarrolla con los huesos chuecos. Fue una epidemia de alcance mundial. Se cree que se originó por las grandes cantidades de humo y smog en las ciudades durante la “revolución industrial” que impedía el paso de la luz solar.

La cura para infecciones mortales

En los países en que este procedimiento sí se usa, se sabe que puede curar infecciones graves y avanzadas, sin necesidad de recurrir a antibióticos o vacunas que por sí mismas resultan agresivas y que a su vez se vuelven un problema que en ocasiones puede poner en peligro la vida del paciente. Es frecuente, por ejemplo, que las personas que reciben las vacunas contra la influenza desarollen los mismos síntomas que deseaban evitar en primer lugar.
Sabel Todd

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