Neurogénesis: 7 alternativas para crecer nuevas células en el cerebro y volverse más inteligente
¿Tienes el cerebro un poco dañado? No temas, existen numerosas alternativas para ti. El cerebro es un órgano dinámico en constante transformación, capaz de regenerarse a través de cosas tan dispares como la meditación, los aerobics, la ayahuasca o las zarzamoras.
Por: Alejandro de Pourtales - 25/02/2013 a las 01:02:59
The brain is
designed to design realities. If you operate your own brain skillfully,
you can learn to design your own realities, learn how to communicate in
the language of the brain: electrons and photons.
Tim Leary
Hace algunos años se creía que el
cerebro era un sistema relativamente estático —nuestras conexiones
neurales podían desligarse y nuestras neuronas destruirse pero no
transformarse, regenerarse o formar nuevas conexiones sinápticas. Esta
creencia hizo que muchos creciéramos bajo un extraño paradigma en el que
se nos decía que debíamos de atesorar nuestras neuronas —porque jamás
podríamos recobrarlas— y en este sentido ingerir drogas era un acto
severo, contranatural, digno de la más abyecta estupidez. Bajo esta
impronta uno incluso podía experimentar una nostalgia por neuronas
perdidas, una especie de efecto de miembro fantasma entre los tallos neurales de flores decapitadas.
Evidentemente el daño cerebral es una
realidad —pero es una realidad dinámica y reversible. Por suerte para
aquellos que exploraron quizás un poco demasiado las dimensiones
psiconáuticas, también es una realidad la neuroplasticidad —la capacidad
de transformarse estructuralmente que tiene el cerebro adulto—, y la
neurogénesis —la capacidad que tiene el cerebro adulto de regenerar
células o generar nuevas neuronas. El cerebro se comporta como un
sistema abierto (por no decir holístico) que puede ser cincelado lo
mismo por estímulos químicos que por estímulos emocionales o meméticos
y nuestras neuronas, particularmente las del hipocampo y la zona
subventricular, son como salamandras que transmutan en el fuego
electroquímico de la sinapsis.
Investigación científica reciente
muestra que la neurogenésis y la neuroplasticidad podrían tener un papel
importante en el aprendizaje y la memoria en el cerebro adulto, así
como ser un factor vital en la reducción del estrés y en el tratamiento
de la depresión. Un estudio
incluso sugiere que nuestro estado de ánimo podría ser regulado por la
plasticidad —por el movimiento dinámico de nuestras neuroconexiones—–
más que por la química.
Emerge un nuevo paradigma, un nuevo mapa
—y el mapa no es el territorio porque el territorio se está moviendo
siempre. La neuroplasticidad sugiere que las conexiones individuales en
el cerebro están siempre recreándose, según cómo se usan. En inglés se
dice “neurons that fire together, wire together”/”neurons that fire
apart, wire apart” (las neuronas que disparan al mismo tiempo se
conectan entre sí, las que disparan o se encienden por separado conectan
aparte). Esto significa que constantemente están emergiendo nuevas
relaciones sinápticas, nuevos mapas corticales —colectivos que
desempeñan funciones específicas pero que pueden estar separados. La
sinfonía cerebral actúa de manera global, continentes aparentemente
inconexos llegan a sincronizarse para ejecutar operaciones complejas al
unísono.
La capacidad neuroplástica del cerebro
puede ejemplificarse en el desarrollo de la capacidad de ecolocación que
algunas personas ciegas logran recableando su cerebro. Resonancias
magnéticas muestran que estas personas adaptan áreas de procesamiento
visual para esta nueva habilidad de ecolocación, en la que intervienen
áreas de procesamiento auditivo.
De la neuroplasticidad y de la
neurogénesis surge la posibilidad de tomar control de los procesos
neurales y, como si nuestro cerebro fuera una etérea plastilina,
esculpir estados mentales de diseño. Según Michael Merzenich, uno de los
pioneros en el campo de la neuroplasticidad, los ejercicios mentales
pueden ser tan útiles como las drogas para tratar padecimientos tan
severos como la esquizofrenia (pero, ¿quizás la gimnasia mental podría
curar no sólo enfermedades del cerebro sino de todo el organismo?). De
este nuevo acercamiento se atisba toda una gama de posibilidades: la
dirección de orquestas neurales, el self-hacking, la
reingeniería de neuronas y la manipulación de mapas corticiales para el
aumento de funciones específicas o, por supuesto, para la sanación de
daño cerebral —así que nunca es demasiado tarde para hacer de tus
neuronas, especialmente de los astrocitos, vitales en la neurogénesis,
nuevas y brillantes constelaciones en tu propio firmamento.
1. Ejercicio físico
Un estudio
realizado por el Dr. Kwok Fai So de la Universidad de Hong Kong mostró
un correlación entre personas que solían correr frecuentemente y la
neurogenésis. “Investigación ha demostrado que el ejercicio puede
mejorar el estado de ánimo y la cognición y también se ha demostrado que
un déficit en la neurogénesis adulta puede resultar en una depresión”.
El estrés, especialmente la depresión, llegan a encoger el hipocampo
—una de las zonas en la que ocurre la neurogénesis. Científicos creen
que existe una relación entre el ejercicio, y en general aquello que
reduce el estrés, con la neurogénesis.
2. Meditación
Uno de los líderes en el campo de la
investigación neurocientífica de la meditación, el Dr. Herbert Benson,
de la Universidad de Harvard, ha estudiado lo que llama “la respuesta de
relajación”, la cual induce una serie de cambio bioquímicos en el
cerebro. Benson sugiere que la meditación renera células
cerebrales, reduciendo de esta manera el estrés.
Un estudio
realizado por investigadores de la Universidad de Oregon indica que la
técnica de meditación conocida com IBMT (entrenamiento integral de mente
cuerpo) puede facilitar la neurogenésis.
3. Comida /Antocianinas
Consumir antocianinas,
pigmentos hidrosolubles que pueden encontrarse en las zarzamoras,
arándanos, frambuesas y hasta en el vino, parece tener propiedades
neuroregenerativas. Comer este tipo de moras silvestres es recomendado
para prevenir el Alzheimer y podría tener un efecto positivo en la
función del hipocampo.
Otros alimentos que se cree podrían
fomentar la nuerogénesis son los alimentos ricos en Omega-3 o
fitonutrientes como la oroxilina.
4. Reducción de calorías /ayuno
Un estudio publicado en el Journal of Molecular Science
muestra que la restricción de calorías produce estados favorables para
la neurogénesis: ratas a dieta desarrollaron nuevas neuronas en el
hipocampo.
Diferentes tradiciones, particularmente
en Oriente, hablan sobre la importancia de celebrar ayunos con cierta
regularidad para restaurar las funciones corporales y cognitivas. Es
posible que una ciencia del ayuno pueda llevar a la neurogénesis.
5. Tener (mucho) sexo
Como hemos visto la neurogénesis —y en
general la salud— está ligada a la reducción del estrés y a promoción de
la relajación —la salud es tranquilidad en movimiento. Evidentemente
uno de los actos que mayor reduce el estrés —en diversas capas— es el
sexo.
Un estudio científico realizado por la doctora Benedetta Leuner muestra
que mientras el estrés reduce la neurogénesis adulta y restringe la
arquitectura dendrítica en el hipocampo, la copulación tiene el efecto
opuesto, promoviendo la generación de nuevas células cerebrales.
Explica Leuner:
Ratas adultas fueron
expuestas a una hembra sexualmente receptiva una vez (aguda) o una vez
diariamente por 14 días (crónica) y se midieron sus niveles de
circulación glucorticoide [...]. Los resultados mostraron que
experiencias sexuales agudas incrementaron los niveles de circulación
corticoide y el número de neuronas en el hipocampo. La experiencia
sexual crónica dejó de producir un incremento en los niveles corticoides
pero continuó promoviendo la neurogénesis y estimuló el crecimiento de
la espinas dendríticas y la arquitectura dendrítica. La experiencia
sexual crónica también redujo el comportamiento relacionado con la
ansiedad.
6. Fotoestimulación /casco de luz infrarroja
Uno de los campos de investigación más
interesantes pero menos probados es el de la estimulación de ciertas
zonas cerebrales a través de la luz o el magnetismo. Las populares
máquinas de luz y sonido —LEDs programados a cierta frecuencia para
emular ondas cerebrales y sonidos binaurales— llegan a generar estados
similares a la meditación, por lo cual podrían también inducir estados
de neurogénesis. El incipiente campo de la medicina biomagnética, basada
en los pares magnéticos descubiertos por el Dr. Isaac Goiz, es un
novedoso tratamiento para diferentes enfermedades, incluyendo la
depresión, y quizás podría estimular las células del cerebro a
regenerarse.
Un casco desarrollado por el Dr. Gordon Dougal,
de la empresa Virulite, asegura revertir la demencia senil, regenerando
neuronas a través de la estimulación de luz infrraroja.
7. Ayahuasca/antidepresivos
Se sabe que algunos antidepresivos, inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, facilitan la neurogénesis.
Sin embargo, producen numerosos efectos secundarios, entre ellos la
falta de libido (lo cual resulta un tanto contradictorio). Una
alternativa a esto parece ser la ayahuasca, el cada vez más popular
brebaje medicinal psicoactivo del Amazonas, utilizado con particular
efectividad en el tratamiento de adicciones pero que podría tener
aplicaciones incluso en la cura de enfermedades como el cáncer.
A diferencia de los antidepresivos, la
ayahuasca, una medicina que algunos llaman un psicointegrador, ofrece
una experiencia integral en la que los beneficios químicos son
complementados por beneficios emocionales y hasta espirituales que
redondean el tratamiento y permiten una asimilación más profunda.
Estudios con personas que han tomado
ayahuasca por un periodo sostenido de tiempo muestran una mayor
recaptación de serotonina. Según la investigadora Jace Callaway, esto se
podría deber a la tetrahidroharmina que contiene la ayahuasca. Luego de
dosificarse con esta molécula por seis semanas y realizarse una
tomografía computarizada por emisión de fotones individuales,
Callaway descubrió un incremento en su recapatación de serotonina, algo
que disminuyó cuando la dejó de utilizar.
Otro estudio, realizado por Stuckey y
Echenhofer en el California institute of Integral Studies, mostró que la
ayahusca incrementa la coherencia en la banda de ondas gamma. Según el
Dr. Luis Eduardo Luna: “La coherencia es una medida de la similitud del
electroencefalograma en dos sitios distintos y puede considerarse una
medida de comunicación entre dos regiones del cerebro. Una
hipercoherencia distribuida ampliamente parece razonable dado los
intensos y sinestéticos fenómenos que suelen ocurrir durante una
experiencia de toma de ayahuasca”. Esta misma alta actividad de
coherencia gamma ha sido observada en monjes zen en estados profundos de
meditación.
Existen ciertamente otras opciones que
no alcanzamos a cubrir aquí. Entre ellas la neurogénesis provocada por
ambientes estimulantes —algo que ha sido demostrado en ratas. Ejercicios
mentales orientados al aprendizaje, juegos de memoria, aplicaciones
electroencefalográficas (como podrían ser las que desarrolla NeuroSky)
y terapias alternativas como la hipnosis. Algunas otros psicodélicos
como la psilocibina, (de la familia de las triptaminas), el DMT
(ingrediente activo de la ayahuasca y molécula similar a la serotonina) o
la ketamina, han sido utilizados prometedoramente para tratar la
depresión y, como hemos, visto existe posiblemente una relación entre
las cosas y las sustancias que logran combatir la depresión y la
regeneración neuronal.
A considerarse también está la filosofía
y la religión, en general un sistema de ideas y creencias puede llevar,
siendo el cerebro tan maleable, a un estado de “bienaventuranza”
neuronal (o de neuro-gnosis). Estados de éxtasis religioso han sido
supuestamente reproducidos en el laboratorio por el Dr. Michael
Persinger, con su llamado “casco de dios” (estimulación transcraneal).
Pero lo más interesante de esto sería ensamblar un sistema ideológico
funcional a la manera de un autoplacebo, un placebo consciente de ser
placebo, capaz de generar neuronas a sabiendas de que estas se generan
cuando uno piensa ciertas cosas —por ejemplo, en constelaciones
brillantes de neuronas que se disparan unánimes llenando el espacio de
filamentos de luz entrelazados como la alarma de un
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